19.10.15

Chinchilla (Calle de)


Foto CC BY 2.0 Peter Trimming

Entre la calle de la Abada y la Gran Vía. Distrito 1 (Centro). Barrio de Sol.

En esta calle tuvo sus casas Francisco Chinchilla, alcalde de corte y rastro que adquirió fama de magistrado severo. No en vano fue uno de los que votó a favor de la muerte de don Rodrigo Calderón, marqués de Sieteiglesias. El mismo rigor exigía a la hora de cumplir las disposiciones que para mejor policía de la villa dictaba, como por ejemplo prohibir que se abandonasen animales muertos en la calle. La respuesta del a veces ingrato pueblo de Madrid fue llenar la calle de Chinchilla de todo tipo de inmundicias. Un día se encontró el magistrado a dos mujeres pelando aves cerca de su casa y cuando las preguntó dónde las habían conseguido respondieron que en su basurero, que no era otro sino su calle, e incluso apostillaron que el día anterior vieron allí una lechuza que las sirvió de alimento. Aunque Chinchilla encarceló a las mujeres, esto no evitó que al día siguiente alguien clavase una lechuza en su puerta. Y así la calle de Chinchilla se llamó durante un tiempo de la Lechuza.

Y Chinchilla, personaje que no debió de ser muy querido en Madrid, incluso dio origen a un dicho: Hasta los perros le conocen, ya que ordenó dar muerte a todo perro vagabundo, y fue fama que al verlo pasar los canes huían aullando de pánico.

El caso es que hoy la calle de Chinchilla es una triste bocacalle de la Gran Vía, hasta hace muy poco con un basto adoquinado y muy empinada, con alguna de sus casas sin guardar alineación con las demás. ¿Venganza? No, porque usted tampoco se ha creído demasiado todas estas leyendas, ¿verdad...?

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